OUR FAQs

No. RePlanet reconoce que hace falta reducir drásticamente la ganadería para estabilizar nuestro clima, mejorar la seguridad alimentaria y la biodiversidad y reducir el sufrimiento animal. Pero la evidencia nos muestra que la gente está más dispuesta a cambiar su comportamiento cuando puede elegir otras alternativas basándose en el precio, la facilidad de acceso, la adaptabilidad social o el sabor. Por eso defendemos impulsar técnicas como la fermentación de precisión, que permitirán a las proteínas alternativas ser asequibles y accesibles a la par que contar con los mismos beneficios que los productos animales que ya existen.

Mientras los animales juegan un papel en algunos aspectos relacionados con la fertilidad del suelo, como el ciclo de los nutrientes o la descomposición de la materia orgánica, existen otros métodos y prácticas alternativas que se pueden emplear para lograr resultados similares. La salud del suelo depende principalmente de factores como la disponibilidad de nutrientes, la materia orgánica, la actividad microbiana y la estructura del suelo. En estos factores se puede influir con la rotación de cultivos, el cultivo de cobertura, el compostaje y el uso de fertilizantes no animales. Estos métodos pueden ayudar a mantener la fertilidad del suelo y proporcionar a las plantas los nutrientes esenciales, todo ello sin depender únicamente de los animales. Además, los avances tecnológicos en la agricultura, como la agricultura de precisión y los fertilizantes de liberación controlada, permiten la aplicación de nutrientes específicos y una mejor gestión del suelo, reduciendo la dependencia de los animales para la salud del suelo. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el papel de los animales en la salud del suelo no debe ignorarse por completo. Los animales, en particular el ganado de pastoreo, pueden contribuir a la fertilidad del suelo gracias al estiércol, que añade al suelo materia orgánica y nutrientes. También ayudan en la descomposición del material vegetal a través del pastoreo, mejorando los procesos de descomposición. En ciertos ecosistemas y sistemas agrícolas, la presencia de animales puede suponer beneficios significativos para la salud del suelo. Pero es importante señalar que esto no se puede extrapolar igual a los niveles actuales de producción ganadera. Los ecosistemas que se benefician del pastoreo lo hacen solo porque se trata de un número relativamente bajo de pastores, en absoluto es igual si hablamos de una macrogranja de ganadería industrial.

La comida es parte de nuestra cultura, de nuestro estilo de vida, de nuestros gustos y de nuestros hábitos. Y a estos niveles, es innegable, el cambio es difícil. Pero posible. A nivel individual, una combinación de precio, sabor, disponibilidad y comodidad contribuirá a la adopción de proteínas sostenibles. Las alternativas vegetales y las nuevas proteínas sostenibles están hoy donde estaban los paneles solares en los años 80 o los vehículos eléctricos en los 90. Eran más caros, menos cómodos y sobre todo menos asequibles. Sin embargo, con un esfuerzo sistemático tanto por parte del gobierno como de las empresas, eso cambió radicalmente. Esperamos que las nuevas proteínas sostenibles, como las que implican la fermentación de precisión, lleguen a ser también más sabrosas, más baratas y más asequibles. Pero ahora debemos acelerar su desarrollo. Además de trabajar en el sabor, el precio y la disponibilidad, es esencial que más personas tomen conciencia de los problemas de nuestro sistema alimentario actual (alto consumo de carne y lácteos). Si creamos conciencia, las personas estarán más dispuestas a probar otras alternativas.

No. Históricamente, los seres humanos hemos ingerido ciertos macronutrientes de la carne y de los lácteos. Pero ahora eso es posible también con otras fuentes alternativas como las proteínas, las grasas y los aceites creados gracias a la fermentación de precisión.

En primer lugar, es importante señalar que la campaña de Reboot Food parte del principio de que una dieta íntegramente plant-based debería ser la base de nuestro sistema alimentario. Sin embargo, si nos queremos poner serios a la hora de transformar nuestros sistemas alimentarios, necesitamos asumir el papel que los alimentos ultraprocesados juegan a día de hoy. Actualmente, la dieta occidental estándar está dominada por los ultraprocesados. Suponen 60 % de las calorías consumidas en Estados Unidos – una cifra muy similar a la de otras economías desarrolladas. Y mientras tanto, en los países en vía de desarrollo la proporción de calorías procedentes de los alimentos ultraprocesados está aumentando muy rápido. En un mundo ideal sería genial si pudiéramos convencer al público en general de que, de un día para otro, de deshagan de sus pizzas congeladas y las cambien por tazones de cereales integrales, judías y legumbres, pero la realidad es que, a corto plazo, eso no va a pasar. Por ello, si queremos un plan pragmático para evitar que el actual sistema alimentario acabe con el planeta, debemos encontrar una manera de crear alimentos ultraprocesados que no impliquen talar las selvas tropicales que nos quedan ni sobrecalentar nuestro planeta.

La comida que consumimos ahora es muy variada, desde semillas y frutos secos hasta quesos, helados o refrescos, lo que se refleja en una gama muy amplia de nutrientes. Como los alimentos elaborados mediante fermentación de precisión pretenden ser una auténtica alternativa a los productos alimenticios que consumimos actualmente, se están realizando esfuerzos para incluir el mismo contenido de nutrientes o uno similar. Sean productos creados con fermentación de precisión o no, deberíamos estar luchando por alimentos nutritivos que garanticen la salud y el bienestar de la humanidad. En resumen, técnicas como la fermentación de precisión pueden proporcionar una gran variedad de nutrientes. Dicho esto, una dieta saludable estándar centrada en los vegetales, es variada y tiene importantes micro y macronutrientes; las proteínas, grasas y micronutrientes específicos se pueden obtener de las proteínas sostenibles.

La fermentación de precisión no implica necesariamente la ingeniería genética de los microbios. Otras técnicas, como la evolución acelerada, pueden lograr resultados similares. Pero la ingeniería genética no es algo a lo que temer de todos modos. La mayoría de los alimentos que te comes en tu día a día, salvo algunas excepciones como el pescado salvaje, han sido modificados genéticamente y, en ese sentido, son "antinaturales". El teosinte se convirtió en maíz mediante una crianza selectiva cuidadosa por parte de los nativos americanos. Las vacas, los pollos y los cerdos de hoy apenas se parecen a sus homólogos antiguos. Lo que es diferente es la forma en la que los modificamos genéticamente. El método "antiguo" consistía en seleccionar ciertas mutaciones para que un rasgo deseado (por ejemplo, más granos en una mazorca de maíz) se reprodujera en la próxima generación. En el siglo XX añadimos otro método que se llama '‘mutation breeding’, que es el proceso de exponer semillas a la radiación, para generar mutantes con características deseables para ser cruzadas con otras variedades. Este enfoque se mejoró después mediante la ingeniería genética directa (conocida como GM), en la que se agregan nuevos genes. Y ahora se está abriendo camino una técnica aún más precisa, CRISPR, en la que directamente podemos editar los genes.

El control del sector alimentario ya está muy concentrado, y en concreto el sector cárnico está dominado por menos de 5 empresas clave. La tecnología es solo tecnología; es cómo usamos esa tecnología lo que determina si beneficia a la sociedad o no. Para garantizar que cualquier tecnología beneficie a la sociedad, necesitamos un gobierno responsable y responsabilidad pública, con leyes y regulaciones antimonopolio sólidas, por ejemplo. Por eso los gobiernos democráticos deben asumir un papel proactivo en la configuración de esta industria emergente. Esta es la única forma en que podemos garantizar que la sociedad vea los beneficios de una industria de proteínas sostenible y diversificada y no un futuro en el que nuestros suministros de alimentos estén dominados por los gigantes tecnológicos de Silicon Valley.

Es cierto que el aumento de la producción de nuevas proteínas sostenibles requerirá una inversión significativa. Por eso RePlanet aboga por que las naciones ricas del Norte Global realicen primero esta inversión. Esto abaratará los costes y hará que la tecnología sea más accesible para las comunidades en desarrollo. Un gran ejemplo de ello ha sido la inversión en energía solar y eólica. Las inversiones realizadas por los países del Norte han contribuido a reducir el coste de estas tecnologías hasta el punto de que ahora se están implantando en todo el mundo. Pero esto por sí solo no basta. La inversión internacional, la financiación climática y los fondos filantrópicos deben dirigirse urgentemente a ayudar al Sur Global a desarrollar sus propios centros tecnológicos de proteínas sostenibles para que ellos también puedan cosechar los beneficios de las opciones de proteínas diversificadas.

Nos encontramos en una emergencia ecológica. Las poblaciones de animales salvajes se desploman, ecosistemas enteros se hunden y hasta un millón de especies se enfrentan ahora a una posible extinción. La red de vida de la que depende la humanidad está ahora amenazada. En este contexto, la restauración a gran escala de ecosistemas salvajes florecientes es el imperativo más urgente de nuestro tiempo. "Rewilding" es un término amplio que puede tener muchos significados diferentes. RePlanet es consciente de que a veces puede tener significados problemáticos. Sin embargo, nosotros lo utilizamos en su sentido más amplio para referirnos a la restauración de los ecosistemas y la reducción del impacto humano en los sistemas terrestres. Entendemos que la forma de conseguirlo requerirá democracia participativa, sensibilidad cultural y una serie de factores apropiados para cada caso concreto. En última instancia, RePlanet considera la recuperación de la naturaleza como un esfuerzo dirigido por el ser humano y que lo incluye, en el que las personas forman parte de los paisajes ricos en naturaleza y no están separadas de ellos.